Portugal sufre cientos de cancelaciones de vuelos, pero no graves incidencias

INTERNACIONAL

El aeropuerto de Lisboa fue el más afectado por la falta de electricidad
29 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Resulta paradójico que la terminal de un aeropuerto internacional se convierta en un punto completamente aislado, pero así ocurrió ayer en el Francisco Sá Carneiro de Oporto, donde las luces empezaron a fallar algo antes del mediodía, pero las alarmas no saltaron realmente hasta que se confirmó que el apagón era general, para toda la península Ibérica.
Como en el resto de las infraestructuras claves del país, se consiguió mantener los servicios mínimos, con las zonas comerciales o las escaleras mecánicas paralizadas y apagadas. Las operaciones funcionaron con regularidad hasta las dos de la tarde, cuando comenzaron a cancelarse los vuelos con destino a Lisboa.
Entonces, el aeropuerto de la capital ya había cerrado sus puertas a cualquier entrada de pasajeros, cancelado las salidas y solo permitía los aterrizajes programados. El Humberto Delgado contaba las cancelaciones por centenas, hasta el punto de que la Policía reforzó la seguridad para evitar desórdenes.
En el Sá Carneiro, comenzaban a apagarse las pantallas de información y, en ese momento, la red móvil y telefónica cayó por completo. Tanto los periodistas acumulados en la terminal como los servicios de información del aeropuerto y los cuerpos de policía se encontraban perplejos y sin capacidad de actuación, desconectados del mundo.
Los pasajeros se arremolinaban en torno a algunos enchufes que quedaban operativos y tocaban con desesperación las pantallas de sus teléfonos desconectados, hasta rendirse y comenzar a hablar entre sí. La preocupación aumentaba mientras más y más personas se acumulaban en el área de salida, sin poder tomar un metro ni utilizar aplicaciones móviles para encontrar taxi.
Solo las radios de los coches podían actualizar el punto de la situación, donde las autoridades desmentían una y otra vez cualquier teoría de la conspiración, así como la hipótesis sobre un sabotaje, que había aceptado en primera instancia el ministro de Cohesión Territorial, Manuel Castro Almeida.
De ahí que, minutos después de Almeida, compareciera el ministro de Presidencia, António Leitão, para descartar esa posibilidad, asegurar que el corte no se había producido en Portugal e informar de que el Gobierno había constituido un grupo de trabajo para solucionar la emergencia. Según fuentes oficiales, los servicios fundamentales, como las urgencias y hospitales, habían reducido las operaciones no urgentes, pero funcionaban de manera fiable.
Mientras tanto, el revuelo cundía en las ciudades: ante la ausencia de agua en algunos apartamentos, los portuenses comenzaron a arremolinarse en las pocas tiendas que estaban abiertas, formando colas que daban vuelta a la manzana. «Todavía cobran 6,5 euros por un agua y unas patatas, así que no debe de ser el apocalipsis», bromeaba un turista.
En las primeras horas de la tarde, la Policía de Seguridad Pública reiteraba las peticiones a los ciudadanos para que evitaran los desplazamientos innecesarios, por la incapacidad de regular el tráfico sin semáforos. A medida que avanzaba la tarde, las calles se fueron vaciando de coches, mientras el país, desorientado, se echaba a las aceras, los parques y las terrazas de cafeterías —para quienes tenían efectivo—, en un día que se convirtió en jornada primaveral de ambiente festivo, muy alegre y bullicioso.
«Fenómeno atmosférico raro»
Hacia el final de la tarde, la única explicación se basaba en «un fenómeno atmosférico raro». El primer ministro en funciones, Luís Montenegro, pedía más «calma» tras reunir un gabinete de crisis. Y la esperanza volvía a través de algunos puntos del norte y centro lusos, con pequeños núcleos de población recuperando la electricidad.
Hacia las seis de la tarde, la Red Eléctrica Nacional comenzó un trabajo por fases, con estimaciones de recuperar el suministro en al menos, «una decena de horas», aunque alertaba que el restablecimiento sería más lento y complicado que en España. Según gráficos de la compañía, el consumo energético se desplomó en un 90 % durante toda la jornada.
Pero eran pocos quienes se enteraban de estas actualizaciones, dado que las compañías de telecomunicaciones habían limitado el uso de datos al mínimo, con el objetivo de ahorrar energía. Así que los paseantes se hablaban, bromeaban e intentaban extraer alguna conclusión, mientras bebían los finos de cerveza recalentados.
Cuando ya caía el sol, Oporto recuperaba la luz, justo a tiempo para una noche en la que no harían falta las velas acumuladas durante el día. «Es increíble que algo así pase en un país europeo, no me lo puedo creer», se desahogaba una turista brasileña en una larguísima cola frente a uno de los pocos cajeros automáticos operativos.
A nadie importaba ya que se hubiera cancelado lo que se presentaba como el gran tema del día: el gran debate electoral entre el primer ministro en funciones, Luís Montenegro, y el socialista Pedro Nuno Santos. Como todo ayer, también habrá de esperar.
En Lisboa, los mayores problemas seguían en un aeropuerto completamente paralizado (con estimaciones de reactivarse por la noche), y se esperaba recuperar el servicio hacia la medianoche, según las últimas previsiones de la Red Eléctrica Nacional, que imputaba el apagón a una «gran oscilación de tensiones en la red española».
Aplazado el debate entre el líder socialista y el primer ministro
La campaña electoral para los comicios adelantados del 18 de mayo en Portugal también se ha visto alterada por la incidencia en la red eléctrica peninsular. El debate electoral previsto para este lunes entre el primer ministro portugués en funciones, el conservador Luís Montenegro, y el secretario general del Partido Socialista (PS), Pedro Nuno Santos, fue suspendido debido al apagón, según informó la agencia de noticias Lusa.
Las tres televisiones que iban a retransmitir en simultáneo el debate, RTP, SIC y TVI, decidieron aplazar el cara a cara y ayer no habían definido la fecha en la que se llevará a cabo, según apunta Efe. A tres semanas de los comicios legislativos, era el primer cara a cara entre los líderes de los principales partidos lusos.
Portugal está llamada a las urnas en la tercera semana de mayo después de que el Gobierno del líder del PSD Montenegro perdiera la confianza del Parlamento tras un escándalo empresarial.